domingo, 28 de septiembre de 2014

LÁNZATE A VOLAR

Vemos el montaje "Lánzate a volar"

PARÁBOLAS PARA ENTENDER MEJOR NUESTRA VIDA

Esta parábola nos puede ayudar a comprender cómo es nuestra vida y cómo DEBEMOS AFRONTARLA:

- Parábola del lápiz:
https://www.youtube.com/watch?v=udCITuiitEQ

- Parábola de las dos tinajas




Parábola de las dos tinajas



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Un vendedor de agua repetía cada mañana el mismo ritual: colocaba sobre sus hombros un aparejo que tenía, y a cada punta del aparejo amarraba una tinaja. Después salía al camino del río, llenaba dos tinajas y regresaba a la ciudad para entregar el agua a sus clientes.
Pero una de las tinajas tenía muchas grietas y dejaba filtrar mucha agua. La otra tinaja era nueva y estaba muy orgullosa de su rendimiento, ya que su dueño obtenía mucho dinero con la venta del agua que ella llevaba.
Al cabo de un tiempo, la pobre tinaja agrietada fue acomplejándose y sintiéndose inferior a la otra. Tanto, que un día decidió hablar con su patrón para decirle que la abandonara, por ser ya casi inservible.
-¿Sabes? -le dijo muy triste-, soy consciente de mis limitaciones. Yo sé muy bien que conmigo tú dejas de ganar mucho dinero, pues soy una tinaja llena de grietas y, cuando llegamos a la ciudad, estoy ya medio vacía. Ya no hay nada que hacer. Por eso te pido que me perdones mi debilidad. Compra otra nueva que pueda hacer mejor el trabajo, y abandóname a mi en el camino. Ya no te sirvo…
-Muy bien- le contestó el dueño-; pero ya hablaremos con más calma mañana.
Al día siguiente, de camino hacia el río, el vendedor de agua se dirige a la pobre tinaja agrietada y le dice:
-Fijate bien en la orilla de la carretera y dime lo que estás observando.
-Nunca me había fijado- respondió la agrietada tinaja-, pero, en honor a la verdad, me doy cuenta de que el borde de la carretera está lleno de flores. ¡Es algo muy hermoso!
-Pues bien, mi querida tinaja- repuso sonriente el vendedor-, quiero que sepas que si las orillas de la carretera son como un bello jardín, es gracias a ti, ya que eres tú quien la riegas cada día cuando regresas del río. Hace ya mucho tiempo que me di cuenta de que tú dejabas filtrar mucha agua. Entonces yo compré semillas de flores de toda clase y, de camino hacia el río, una mañana las sembré en la orilla de la carretera; y tú, al regresar del río, sin saberlo y sin quererlo, estuviste regando mi siembra. Y así todos los días, gracias a tus grietas, muchas semillas nacieron, los botones se abrieron, y cada día gracias a ti puedo cortar unas flores, preparar un ramillete y ofrecérselo al Creador.
Y el buen hombre, inclinándose sobre el camino, comenzó a escoger las mejores flores del día para ofrecérselas al Hacedor de todo.
Y esta vez la tinaja regó aún mejor el camino con el agua que perdía de entre sus grietas y la que brotaba agradecida de sus ojos.
- Parábola del río (Susana Tamaro)
 Pero para ser fuertes hay que amarse a uno mismo; para amarse a uno mismo hay que conocerse a fondo, saberlo todo acerca de uno, incluso las cosas más ocultas, las que resulta más difícil aceptar. ¿Cómo se puede llevar a cabo semejante proceso mientras la vida te arrastra hacia delante con suestrépito? Puede hacerlo desde el comienzo solamente quien está provisto de extraordinarias dotes. A los mortales corrientes, a las personas como yo, como tu madre, no les queda otro destino que el de las ramas y los envases de plástico. 
Alguien -o el viento-, de pronto, te arroja a la corriente de un río: gracias a la materia de que estás hecha, en vez de hundirle, flotas; eso ya te parece una victoria y por lo tanto, inmediatamente, empiezas a viajar, te deslizas veloz según la dirección que te impone la corriente; de vez en cuando, a causa de alguna maraña de raíces o de alguna piedra, te ves obligada a detenerte; allí permaneces un tiempo, golpeada por las aguas agitadas; después el agua sube y te libera, avanzas nuevamente; cuando la corriente es tranquila te mantienes en la superficie, cuando hay rápidos el agua te sumerge; no sabes hacia dónde estás yendo ni te lo has preguntado nunca; en los trechos más tranquilos tienes ocasión de observar el paisaje, las riberas, los matorrales; más que los detalles, ves las formas, los colores, vas demasiado rápido para ver más; después, con el tiempo y los kilómetros, las riberas son cada vez más bajas, el río se ensancha, todavía tienes márgenes, pero por poco tiempo. «¿Adónde estoy yendo? », te preguntas entonces, y en ese momento se abre ante ti el mar.
Gran parte de mi vida ha sido así. Más que nadar, he manoteado desordenadamente. Con gestos inseguros y confusos, sin elegancia ni alegría, tan sólo he conseguido mantenerme a flote

martes, 23 de septiembre de 2014

EL PROYECTO DE VIDA I

En primer lugar, sería importante definir qué es y para qué sirve un proyecto de vida...incluso previamente que definimos como vida y como felicidad....

Primero, vamos a ver un vídeo interesante sobre lo que es para nosotros eso que se llama Felicidad... y donde la situamos...

https://www.youtube.com/watch?v=qy11mKVPieo

Luego leemos  un cuento: LA PUERTA...

.... y describimos lo duro, pero apasionante que es VIVIR.....

y tomamos nota para un planteamiento de Proyecto de Vida

La explicación de José Antonio Marina sobre Proyecto de Vida de la Humanidad

https://www.youtube.com/watch?v=WUcbhd1ZUbk

Jordi Serra i Fabra, escritor

https://www.youtube.com/watch?v=aJvOPtYUj1o

Yo soy o yo debería ser...

https://www.youtube.com/watch?v=z4X5mceluO0&list=PLWCXX8tjkPYvmtg7MpqOB6PX-7quXOVXK&index=32

Lo primero es SABER QUIEN SOY......

Razones para la Alegría
Autor: Martín Descalzo
Capítulo 15: Ser el que somos
Cada vez me asombra más comprobar el número de gente que no está contenta -de ser quienes son, de haber nacido donde nacieron, de habitar en el siglo que habitan. Si haces una encuesta entre adolescentes y les preguntas quién les gustaría ser, noventa y nueve de cada ciento te dicen que les gustaría ser Jackie Kennedy o Michael Jackson o, con un poco de suerte, Homero, o Leonardo, o Francisco de Asís.

Yo lo siento, pero me encuentro muy a gusto siendo el que soy. No me gusta «cómo» soy, pero sí ser el que soy. Y no quisiera ser ni Homero, ni Leonardo, ni Francisco de Asís.

Me gustaría, claro, ser tan buen poeta como Homero, tan inteligente como Leonardo y tan santo como Francisco de Asís, pero tener todas esas virtudes siendo J.L.M.D. y viviendo en el tiempo en que vivo y en las circunstancias a las que me ha ido llevando la vida.

Yo aspiro -como diría Salinas- a sacar de mí mi mejor yo, pero no quisiera ser otra persona, ni parecerme a nadie, sino ser el máximo de lo que yo puedo dar de mí mismo.

¿Por qué pienso así? Por varias razones.- la primera, por simple realismo. Porque, me guste o no, siempre seré el que soy, y si un día llego a ser listo o simpático o -qué maravilla- santo, lo sería, en todo caso, «a mi estilo», dentro de mis costuras.

En segundo lugar, porque no sólo yo soy lo mejor que tengo, sino lo único que puedo tener y ser. Desde el principio de la Historia hasta el fin de los siglos no habrá ningún otro J.L.M.D. más que yo. Habrá infinito número de personas mejores que yo, pero a mí me hicieron único (como a todos los demás hombres) y no según un molde fabricado en serie.

En tercer lugar, porque la experiencia me ha enseñado que sólo cuando uno ha empezado a aceptarse y a amarse a sí mismo es capaz de aceptar y amar a los demás e, incluso, de aceptar y amar a Dios. ¡Cuántos que creemos resentidos contra la realidad están sólo resentidos consigo mismo! ¡Cuántos son insoportables porque no se soportan dentro de su piel!

Por eso me desconciertan esos padres que se pasan la vida diciéndoles a sus hijos: «Mira a Fernandito, tu primo. A ver cuándo eres tú como él.» Pero ningún niño debe ser como su primo Fernandito. Ya tiene bastante cada niño con auparse sobre sí mismo, con realizar su alma por entero. Con métodos como esos, con padres que parecen empeñados en que sus hijos se les parezcan, muchas veces consiguen efectivamente que sus muchachos sean igual que ellos: igual de vanidosos, igual de incomprensivos, igual de fracasados.

Un hombre, una mujer, deben partir, me parece, de una aceptación y de una decisión. De la aceptación de ser quienes son (así de listos, así de guapos o de feos, así de valientes o cobardes). Y de la decisión de pasarse la vida aupándose encima de sí mismos, multiplicándose.

¡Pobre del mundo si un día se consiguiera que todos los hombres respondieran a patrones genéricamente establecidos y obligatorios! Leo Buscaglia (en un precioso libro que acaba de traducirse al castellano: Vivir, amar y aprender) cuenta una fábula que me parece muy significativa:

Los animales del bosque se dieron cuenta un día de que ninguno de ellos era el animal perfecto: los pájaros volaban muy bien, pero no nadaban ni escarbaban. La liebre era una estupenda corredora, pero no volaba ni sabía nadar. Y así todos los demás. ¿No habría modo de establecer una academia para mejorar la raza animal?

Dicho y hecho. En la primera clase de carrera el conejo fue una maravilla y todos le dieron sobresaliente. Pero en la clase de vuelo subieron al conejo a la rama de un árbol y le dijeron: «¡Vuela, conejo!»

El animal saltó y se estrelló contra el suelo, con tan mala suerte que se rompió dos de sus patas y fracasó en el examen final de carrera también. El pájaro fue fantástico volando. Pero le pidieron que excavara como el topo. Al hacerlo se lastimó las alas y el pico y, en adelante, tampoco pudo volar. Con lo que ni aprobó la clase de excavación ni llegó al aprobadillo en la siguiente de vuelo.

Convenzámonos: un pez debe ser pez, un estupendo pez, un magnífico pez, pero no tiene por qué ser un pájaro. Un hombre inteligente debe sacarle la punta a su inteligencia y no empeñarse en triunfar en deportes, en mecánica y en arte a la vez. Una muchacha fea difícilmente llegará a ser bonita, pero puede ser simpática, buena y una mujer maravillosa.

Sí; tendríamos que hacer todo aquello que dice un personaje de un drama de Arthur Miller: " Uno debe acabar por tomar la propia vida en brazos y besarla ". Porque sólo cuando empecemos a amar en serio lo que somos, seremos capaces de convertir lo que somos en una maravilla.